jueves, 19 de abril de 2012

Lidiando con Libre Albedrío


Quisiera dirigir nuestra atención a lo que significa pronunciar estas palabras “Libre Albedrio”, que significa tener libre albedrio, que significa ser un agente con  libertad moral, ser creación con elección sobre la soberanía de Dios, primero déjeme decirles que hay diferentes puntos de vista acerca de lo que libre albedrio comprende, que giran alrededor de nuestra cultura, y creo que es importante que nosotros  reconozcamos estos puntos de vista.
Visión Humanista: Primero me gustaría citar la vista humanista de libre albedrío. El cual yo diría es el más  frecuente punto de vista de libre albedrio, que encontramos en nuestra cultura, y es muy triste decir  en mi opinión es el  punto de  vista más aceptado dentro de nuestra iglesia al igual que fuera de ella, en este punto de vista libre albedrio se define como: Nuestra habilidad de tomar decisiones espontáneamente. Entonces eso quiere decir que las decisiones que nosotros tomamos son de ninguna manera condicionadas o determinadas bajo ningún tipo de inclinación o disposición, lo diré de nuevo, tomamos nuestras decisiones espontáneamente, nada previamente previo a nuestra decisión determina nuestra decisión, nada preestablecido,   ninguna disposición anterior, ni inclinación anterior, sino que la decisión viene literalmente por sí misma, como un hecho espontaneo por la persona. 
Podemos  ver acá dos serias connotación que enfrentamos como cristianos en esta definición de libre albedrio,
1.   Un problema teológico moral: si nuestras decisiones están hechas puramente espontaneas, sin ninguna inclinación o disposición previa, en este sentido estamos diciendo que no hay ninguna razón para nuestra elección, no hay motivación o motivos para esta elección, Eso sucede espontáneamente, y si esa es la forma como nuestras elecciones operan, entonces inmediatamente enfrentamos este problema, Como puede tal acción tener una significancia moral en lo absoluto? Porque una de las cosas que la biblia se preocupa a menudo, es no solo que elegimos, si no en cuál fue nuestra intención al hacer aquella elección.
Recordamos por ejemplo la historia de José siendo vendido en esclavitud por sus hermanos,  y cuando muchos anos después tiene la reunión con sus hermanos y ellos se arrepienten de aquel pecado antiguo, ¿qué es lo que José dice a sus hermanos cuando los acepta y perdona? el dice: “ustedes lo hicieron para maldad, pero Dios lo hizo para bien” así que Dios había tomado la decisión en este asunto, Dios había permitido que esto suceda al pequeño José. Sus hermanos tomaron la decisión de qué hacer con José, la inclinación en tomar esa decisión fue motivada por la  perversidad. Dios también tomo la decisión de permitir que esto pasara, pero la razón de Dios, la intención de Dios fue justa y santa. Así Dios, en la consideración de un buen hecho, por ejemplo, examina no solamente el hecho exterior por sí mismo - la Acción, sino Dios considera también que fue la motivación interna, la intención detrás del hecho.  Pero si no hay motivaciones internas, no hay intención, no hay ninguna Intencionalidad, para citar el término filosófico, entonces ¿cómo podrían la acción tener significación moral?  Si simplemente  sucede.

2.      Un efecto sin causa: Pero incluso más profundo que aquel problema, hacemos frente inmediatamente a la pregunta si  tal decisión  podría ser realmente tomada o no?  No,  si simplemente sería moral si fuera hecha, pero podría una criatura, sin disposición previa, inclinación, razón, tomar una decisión?  Miremos esto en un par de ejemplos: si no tengo ninguna inclinación o disposición previa, cuál es atractivo sobre esa idea, es que eso significaría que mi voluntad es neutral, no está inclinado ni a la izquierda, ni a la derecha, no está ni inclinado hacia lo justo, ni hacia lo injusto, sino es simplemente neutral, no hay inclinación previa. 
 Pienso en la historia de Alicia en el país de las maravillas  cuando ella, en sus recorridos, viene a la división en el camino, y en donde ella no puedo decidir si tomar la calle izquierda o la calle derecha.  Y ella mira para arriba y ve al gato de Cheshire arriba en el árbol, haciéndole muecas, y ella pregunta al gato de Cheshire, " qué camino tomo?"  el gato de Cheshire responde diciendo, "depende; ¿A dónde vas?"  Y ella dice, " no sé."  Entonces qué el gato dice " entonces en realidad no importa!"  Si no tienes ninguna intención, ningún plan, ningún deseo de ir a ninguna parte, qué diferencia hace si vas hacia la izquierda o la derecha. Bien en esta situación, la miramos y pensamos, Alicia ahora tiene dos opciones.  Ella puede ir a la izquierda o ella puede ir a la derecha; pero de hecho ella tiene cuatro opciones: ella puede ir a la izquierda, ella puede ir a la derecha, o ella puede dar vuelta atrás e ir al lugar de donde ella vino, o ella puede estar parada allí y no hacer nada, que también es una opción, quedarse quieta allí hasta que perezca debido a  su inactividad. 
Ella tiene cuatro opciones, y la pregunta que vamos a hacer es porque ella tomaría cualquiera de esas cuatro opciones?  Si ella no tiene ninguna razón o inclinación detrás de la opción, si su voluntad fuera completamente neutral, ¿qué le sucedería?  Ninguna razón para preferir la izquierda sobre la derecha, o estar parado o regresar - ¿qué opción tomaría?  Ella no tomaría una opción, estaría  paralizada.  Y por eso, el problema que tenemos con la noción  humanista de la libertad, es el viejo problema del conejo fuera del sombrero, sin un sombrero, y sin un mago.  Es algo que sucede de la nada, un efecto sin una causa.  Una opción espontánea, es decir es una Imposibilidad Racional.  Tendría que ser un efecto sin una causa. 
Ahora, continuando, podemos agregar desde una perspectiva bíblica, de una visión cristiana, el hombre, en su estado caído, no es visto capaz de estar en un estado de neutralidad con respecto a las cosas de Dios.  Él tiene un prejuicio.  Él tiene una preferencia.   Él tiene una inclinación, y su inclinación es hacia la maldad y lejos de las cosas de Dios.  Pero déjeme decirles mientras miramos varios puntos de vistas cristianos de Libre Albedrio. 

Visiones  Cristianas: Personalmente pienso que el libro más grande que alguna vez se ha escrito en este tema es simplemente titulado "la libertad de la voluntad"  por el más grande erudito  de América, Jonatán Edwards.  Dicha designación como erudito más grande de América no es mía sino viene de la enciclopedia Británica  que ha votado por Jonatán Edwards como la mente  más grande que los Estados Unidos alguna vez produjo. Su trabajo, la libertad de la voluntad,  es la más cercana exanimación y el análisis  sobre esta espinosa  pregunta sobre Que es libre albedrio que alguna vez haya leído.  Por supuesto, el famoso trabajo  de Martin Lutero sobre la esclavitud de la voluntad  es también muy importante para los cristianos y también deberían leerlo. 

1.      Visión de Edwards: Pero vamos a mirar por un momento la definición de Edwards sobre Libre  Albedrio Edwards dice esto, " libertad, o libre albedrio, es la mente quien toma decisiones."  Ahora lo qué está diciendo es que distingue entre la mente y la voluntad, aunque señala  que los dos están inseparablemente relacionados.  No tomamos decisiones morales sin nuestra mente aprobando la dirección de nuestra elección.  Ésa es una de las dimensiones que está relacionado cercanamente con el concepto bíblico de la conciencia.  Esas decisiones morales son: que la mente está implicada en la toma de decisiones estando consiente de ciertas opciones. Y si prefiero elegir el  uno sobre  el otro para tomar decisiones, entonces tengo cierta preferencia antes que pueda  tomar la decisión., entonces tengo que tener  cierto conocimiento de cuáles son esas opciones para que sea una decisión moral.  De modo que la voluntad no sea algo que actúa independientemente de de la mente sino que actúa conjuntamente con la mente;  sin embargo  lo que la mente juzga como deseable es lo que la voluntad tiende a elegir.  Además, Edwards nos da una clase de regla de hierro que llama la " ley de Edwards del Libre Albedrio."   Quizás su contribución más importante sobre la discusión de la libertad humana.  Edwards declara esto: " Que el agente de libertad moral actúa siempre según la inclinación más fuerte que tenga en el momento de la toma de decisión."  En otras palabras, siempre elegimos según nuestras inclinaciones y elegimos siempre según nuestra inclinación más fuerte en un momento dado.  Déjeme ponerlo en términos simples, cada vez que uno decide pecar, lo qué esa acción indica es que  en el momento de pecar, el deseo de pecar es mayor en ese instante, que el deseo de obedecer a Cristo. Si el deseo de obedecer a Cristo fuera mayor que el deseo de  pecar, ¿usted que haría?  Usted no  pecaría.  Pero en el momento de la opción, seguimos siempre nuestra inclinación más fuerte, nuestra disposición más fuerte, o nuestros deseos más fuertes.
Ahora, sin embargo nos parece, en este negocio de elegir, que muchas veces elegimos las cosas sin ninguna razón aparente.  Por ejemplo, imagínate que estas en una conferencia, y el conferencista te pregunta, " ¿porque te sentaste en la silla en la cual estas sentado ahora?"  ¿Podrías analizar tus propios pensamientos internos a las opciones que estaban ante ti para  que escogieses el lugar donde estas?  Y decirlo con claridad, " la razón por la que estoy sentando aquí en el extremo es porque siempre me gusta sentarme en la silla del extremo."  O, " porque deseé sentarme al lado de Juan."  O, " deseé estar en la fila delantera para poder escuchar y ver mejor."  O, " ésta era la única silla vacía y no quise permanecer parado y me gusta más sentarme que estar parado, así que mi deseo por sentarme era más fuerte que mi deseo por estar parado y así que me senté". Lo qué estoy diciendo es que hay una razón por la que está sentando dónde estás sentando, pudo haber sido una decisión muy rápida, puede ser simplemente que sea perezoso y no le gusta caminar, y que la silla que vio vacante era la más cercana disponible para usted.  Otro ejemplo, hay ciertas personas a las cuales si las llevamos a alguna plaza donde hay un banco para tres personas para sentarse, y los hacemos sentar cientos veces, el cien por ciento de las veces ellos preferirán sentarse en el extremo del banco más que en el centro del banco de hecho, generalmente escogerán el lado izquierda  o el lado derecho, mientras que otros elegirán siempre el centro, ¿Por qué?  Alguna gente le gusta las muchedumbres, estar rodeados de otras personas, les gusta estar en el centro de la acción, ellos tiene una personalidad gregoriana, mientras los otros gustan de permanecer con seguridad donde  puedan tener una salida segura, permanecerán en el extremo del banco.  Y ahora digamos, no estamos siempre sentados analizando cuidadosamente tomamos las decisiones que tomamos;  pero hay una razón para cada decisión que tomemos.  Y actuamos siempre en contra o según la inclinación más fuerte del momento.
  
Objeciones a la visión de Edwards: Ahora, hay dos cosas que podemos nombrar inmediatamente para oponernos a la ley de Edwards de tomar decisiones. 
a)      La Primera  seria, " puedo decirles de muchas ocasiones donde he hecho cosas que realmente no quise hacer, o he experimentado coerción."   Lo que coerción implica es fuerzas externas que vienen a nuestras vidas que intenten forzarnos a hacer cosas, que en iguales circunstancias, no elegiríamos hacer.  Pero en la mayoría de los casos, la fuerza de la coerción puede reducir nuestras opciones a dos, puede reducir seriamente nuestras opciones.                   Un hombre con un arma viene a mí en la acera y me pone un arma en la cabeza, y  dice, " tu dinero o tu vida."  Él acaba de reducir mis opciones a dos, por fuerzas externas y coerción, pero las reduce de todas formas ¿verdad?.  Ahora en otras circunstancias, yo no buscaria a nadie para regalarle mi billetera en aquella noche, así que no tendria ningún deseo  de darle dinero a este hombre.  Pero cuando el arma esta sobre mi cabeza, y mis opciones son: mi cerebro en la acera o mi billetera en su bolsillo, tengo repentinamente un deseo más fuerte de vivir y de perder mi dinero que morir y aun perder mi dinero.  Y por eso, en ese momento, el nivel del deseo de vivir puede ser más fuerte que mi nivel del deseo resistir a este hombre, y así que le doy mi billetera.   Ahora puede haber personas que en la misma situación dicen: " yo prefereria morir que ceder a la coersion  aun sabiendo que si rechazo darle mi billetera a este hombre el va a matarme de todos modos, y tomara mi dinero, de todas formas no le sera facil."  Dicen entonces, "dispareme" Entonces ahi su deseo de resistir es mayor que su deseo de no resistir, y por eso, se oponen. Incluso cuando nuestras opciones se reducen severamente, y las fuerzas externas cambien nuestros niveles de deseo, porque éste es el otro punto del que tenemos que estar consientes, el deseo humano es fluctuante y hay muchos.  En las distintas situaciones donde tomamos decisiones, es raro que escojamos solamente entre dos opciones o aún  entre una buena opción y una mala opción,  Una de las decisiones mas difíciles entre los creyentes es la de decidir entre dos opciones buenas, tenemos dos opciones, pero no estamos seguros en cual podemos servir mejor al Señor y eso llega a ser muy difícil. Sabemos que nuestros niveles de deseo cambian y fluctúan.
b)      Pero la segunda objeción que tenemos en frente viene de una declaración del Apóstol Pablo cuando dice, " porque no hago lo que quiero sino lo que aborrezco, eso hago."  Parece sugerir que el Apóstol Pablo, mediante autoridad apostólica, nos esté diciendo que es posible de hecho para una persona elegir en  contra de sus anhelos, elegir en contra de sus deseos.  Puedo solo decir en respuesta a esto que no creo que la intención del Apóstol es darnos un tratamiento técnico de las complicaciones que uno tiene al tomar una decisión,  Sino qué él está expresando algo que todos experimentamos que tenemos dentro de nosotros el deseo de agradar a Cristo, pero ese deseo que está presente no siempre gana cuando el momento de la verdad viene,   en otras circunstancias si me preguntases: ¿hermano te gustaría estar libre de pecado?"  Diría, " por supuesto, quisiera estar libre de pecado."  Sin embargo, ahora digo eso, hasta que la tentación de pecado se haga fuerte sobre mí, y mi deseo por el pecado se intensifique, y entonces me entregue a él,  Libremente. Porque cuando actúo según mis deseos, actúo libremente.  Bien, continuemos.
2.      Visión de Calvino: Calvino examinando la pregunta sobre libre albedrio, dice esto, " si nos referimos por libre albedrio, a que el hombre caído tiene la capacidad de elegir lo que él desea, entonces por supuesto el hombre tiene libre albedrio.  Si nos referimos por ese término a que el hombre, en su estado caído, tiene la capacidad moral de elegir justamente, entonces, " dice Calvino, " es un término demasiado grandioso para aplicar al hombre caído." Y estoy totalmente de acuerdo con ello.
Ahora hemos visto la posición de Edwards y también la posición de Calvino;  Ahora veremos la opinión de un teólogo de la actualidad.
3.      Visión de R C Sproul: sobre libre albedrio, Quien declara: " Cada decisión que tomamos es libre y cada decisión que tomamos esta determinada."  Ahora aquello puede sonar completamente contradictorio porque vemos normalmente las categorías de " determinado " y " libre " como  categorías exclusivas, e incombinables, decimos normalmente " determinado " por algo que  " es causado " por algo más,  parecería indicar entonces que no podría posiblemente ser " libre."  Pero lo que trata de decir acá no es  determinismo,   El determinismo significa que las cosas suceden estrictamente en virtud de fuerzas externas, pero además de las fuerzas externas están determinados  factores qué nos suceden, hay también  fuerzas internas que son determinados factores.  Lo que tratamos de decir con este material al igual que Calvino, es que si mis opciones fluyen de mi disposición y de mis deseos, y si mis acciones son efectos que tienen causas y razones detrás de ellas, entonces mi deseo personal, en un sentido verdadero, determina mi decisión personal.  Ahora si mis deseos determinan mi decisión, cómo entonces puedo ser libre?  Recuerden lo que les dije cada decisión nuestra es libre y determinada, pero quien o que lo determina? es uno mismo.  Y a esto llamamos  autodeterminación, lo que no es la negación de la libertad sino la esencia de la libertad para que uno mismo pueda determinar sus propias decisiones, de eso es lo que  trata el libre albedrio.  Ahora, el punto simple que estoy tratando de señalar es que  no solamente podemos elegir de acuerdo a nuestros propios deseos sino de hecho siempre elegimos según nuestros deseos, y lo llevaré incluso a un grado superlativo y diré, debemos elegir siempre según la inclinación más fuerte en el momento, esa es la esencia del libre albedrio, poder elegir lo que uno desea.  Ahora el problema con los inconversos,  obviamente no es que el inconverso, en su caída, ha perdido la facultad de elegir.  Los inconversos aun tienen mentes aun piensan, tienen deseos, aun tienen voluntades;  y la voluntad todavía es libre en cuanto puede hacer lo que el inconverso quisiera que hiciera.  ¿Dónde está el problema?  El problema está en la RAÍZ de los deseos del corazón en el inconverso.  Ellos tienen una inclinación al mal, un deseo por el pecado, ellos pecan, los inconversos pecan porque quieren pecar;  por ello, ellos pecan libremente.  Rechazan a Cristo  porque quieren rechazar a Cristo;  por lo tanto, lo rechazan libremente.  Y antes de que una persona pueda responder positivamente a las cosas de Dios, y elegir a Cristo, elegir la vida, la persona debe tener el deseo de hacer eso.  Ahora la pregunta es, ¿el inconverso conserva algún deseo en su corazón para Dios, para las cosas de Dios? 
Otra distinción que Jonatán Edwards ha hecho famosa es que el distingue entre la capacidad moral y la capacidad natural.   La capacidad natural tiene que ver con la capacidad que tenemos por naturaleza.  Como ser humano tenemos la capacidad natural de pensar, la capacidad de hablar, caminar verticalmente, no tenemos la capacidad natural de volar a través del aire sin las maquinas,  Los pescados tienen la capacidad de vivir bajo el agua por grandes períodos de tiempo sin  tanques del oxígeno, etcétera, porque Dios les ha dado aletas y agallas.  Dios les ha dado el equipo natural necesario para hacerlo posible, para hacerlos capaz de vivir en ese ambiente.  Por lo tanto, tienen una capacidad natural que no tenemos. Dios ha dado capacidades naturales a las aves que nosotros no tenemos. Estamos hablando de capacidad moral,  estamos hablando de la capacidad de ser justos así como de ser pecadores, el hombre fue creado con la capacidad de ser justos o de ser pecadores, pero el hombre ha caído. y lo qué Edwards dice es que en su estado caído, el hombre no tiene de por si la capacidad moral para ser perfectos,  porque él es nacido en pecado, en pecado original. el tiene una naturaleza caída, una naturaleza de pecado que hace completamente imposible para él alcanzar la perfección en este mundo,  Él todavía tiene la facultad de pensar.,  Él todavía tiene la capacidad de tomar decisiones, pero lo que carece  es la inclinación o disposición hacia las cosas de Dios. En este punto, Edwards está repitiendo  lo que había enseñado Agustín siglos atrás, en una distinción similar.  Agustín dijo que el hombre tenía liberium obitrium o libre albedrio, pero lo qué el hombre ha perdido en la caída era "libertos", o "libertad", la biblia lo llama " libertad moral."  La biblia habla del hombre caído como en un estado de esclavitud al pecado y aquellos que están en esclavitud han perdido una cierta dimensión de libertad moral, aun toman decisiones, aun tienen libre albedrio, pero su albedrio (voluntad) está inclinado ahora hacia la maldad y poco dispuesto hacia la justicia.  No hay ninguno que haga lo bueno, No hay ningún justo, No hay ninguno que busque a Dios, ni uno solo.  Eso indica que algo nos ha sucedido en el interior, Jesús habla que el fruto del árbol viene de la naturaleza del árbol;  los árboles de  higo no producen naranjas, no se consigue fruta corrupta de un árbol justo, hay algo mal dentro de nosotros donde residen nuestros deseos, nuestras inclinaciones es lo que está en esclavitud;  Pero aun nuestra caída  no elimina la facultad de elegir.  Entonces no hay diferencia  entre lo que Agustín enseña, cuando él dice que todavía tenemos libre albedrio pero no libertad, y entre la misma distinción que Edwards está haciendo entre la capacidad moral y la capacidad natural.

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